Para finalizar

Para finalizar

1. Una puerta de vuestra seguridad eliminada

En varias ocasiones de estas publicaciones, os he invitado a pensar en todo lo que habéis perdido y no solo monetario. Lo siguiente ha sido algo importante.

Cada vez que aparecía en TV alguna película o noticia, relacionada con problemas de los adolescentes como drogas o accidentes:

  • Me rebotaba del sofá.
  • Pegaba cuatro gritos, que te puedes imaginar.
  • Salía a dar un paseo a despejar la cabeza y hasta la siguiente.
  • Porque a mi me habían excluido de la ecuación y NO podía estar para protegeros y ni siquiera percibir en qué momento o qué situación peligrosa podíais estar artravesando.

Esto ocurrió muchas veces y con más frecuencia de la que te imaginas.

2. No lo había hecho

En la carta que os envié, os decía que nunca había pensado en publicar todo lo que treinta años después he resumido en las treinta publicaciones anteriores. Solo pensé en hacerlo cuando me cerrasteis la única puerta que mantenía abierta.

Nunca os había transmitido los problemas judiciales y el acoso que sufrí, porque no os iba a cargar con mis problemas y me obligarían a no dejar en buen lugar a vuestra madre y eso no forma parte de mi ADN.

Aquí he contado hechos tal y como afectan en la relación judicial con vuestra madre y su responsabilidad en todos los los problemas ocasionados, por la cerrazón e inútil persecución judicial.

Quizás le faltó la charla de «cómo decir NO a un abogado«. En su defensa diré que dejarse llevar por la mala influencia de un abogado insensato fue lo peor que podía haber hecho, pero lamentablemente lo hizo.

3. Punto final

Tras quince años:

Sin poder tener una cuenta a mi nombre

Sin poder tener un coche a mi nombre

Sin poder tener una NÓMINA a mi nombre

Porque TODO  me lo embargaría (vuestra madre).

Sin poder dialogar para llegar a un acuerdo razonable y VIABLE.

Os pregunto: ¿QUÉ TENÍA QUE HABER HECHO?